El juego democrático
El juego democrático
Kaled Yorde /Abogado / kaledyorde@hotmail.com
Una de las características fundamentales de la democracia es la alternabilidad en el poder. Un jefe de Estado, alcalde, concejal, diputado, etcétera, que pretenda perpetuarse en el poder, no es propio de un sistema democrático. En el juego democrático es perfectamente normal la proliferación de candidatos que aspiran a los diferentes cargos dentro del poder público. Los partidos democráticos en la Venezuela que languidece bajo el abrumador peso del autoritarismo dictatorial del régimen chavista, están sumamente activos y ocupados en promover diferentes candidaturas a los cargos públicos. Eso es lícito y perfectamente ajustado al pluralismo democrático, a diferencia de lo que ocurre en las filas oficialistas, en donde nadie puede pronunciarse ni asomar su postulación a cargo alguno, hasta tanto el gran jefe, el caudillo, y su dedo gordo, no lo apruebe.
Pero eso tiene que estar sometido a una condición indispensable en la Venezuela chavista-comunistoide y fascista: Sentido de unidad, renuncia y de conciencia de la oposición, habida cuenta de los graves peligros que se vislumbran en el horizonte. El primero: un nuevo fraude que está montando el CNE con repertorios variopintos de mil trácalas para birlar votos y voltear resultados; el segundo: una firme intención y definitivo propósito por parte del caudillo dueño de Venezuela de permanecer en Miraflores vitaliciamente, cueste lo que cueste y por encima de la Constitución nacional; tercero: la ingente cantidad de petro-dólares que llueven sobre el país, los cuales están destinados para la compra de conciencia y la creación de una imagen publicitaria internacional y local de la "maravillosa" revolución chavista; cuarto: un TSJ, Asamblea Nacional y el llamado Poder Moral (?), sumisos a las botas del caudillo amo de ellos. Eso por un lado, y por el otro, muchas conciencias frágiles de gente carente de dignidad y dispuesta a venderse al mejor postor, sin importarles que Venezuela caiga definitivamente en manos del comunismo.
Este sentido de unidad significa que si llegare a ser necesario, los aspirantes que según las encuestas más serias tengan mayores posibilidades de triunfar, bien como alcaldes, gobernadores o concejales, deberán ser escogidos entre los demás como candidatos únicos, puesto que bien triste sería que por andar disputándose la oposición los cargos, se divida la gente y pierda fuerza, con lo cual les abriría a los candidatos del oficialismo, nuevamente y en forma mayoritaria, retomar el poder. ¡Eso es de idiotas!
http://www.laverdad.com/detallenew.asp?idcat=2&idnot=75322
Kaled Yorde /Abogado / kaledyorde@hotmail.com
Una de las características fundamentales de la democracia es la alternabilidad en el poder. Un jefe de Estado, alcalde, concejal, diputado, etcétera, que pretenda perpetuarse en el poder, no es propio de un sistema democrático. En el juego democrático es perfectamente normal la proliferación de candidatos que aspiran a los diferentes cargos dentro del poder público. Los partidos democráticos en la Venezuela que languidece bajo el abrumador peso del autoritarismo dictatorial del régimen chavista, están sumamente activos y ocupados en promover diferentes candidaturas a los cargos públicos. Eso es lícito y perfectamente ajustado al pluralismo democrático, a diferencia de lo que ocurre en las filas oficialistas, en donde nadie puede pronunciarse ni asomar su postulación a cargo alguno, hasta tanto el gran jefe, el caudillo, y su dedo gordo, no lo apruebe.
Pero eso tiene que estar sometido a una condición indispensable en la Venezuela chavista-comunistoide y fascista: Sentido de unidad, renuncia y de conciencia de la oposición, habida cuenta de los graves peligros que se vislumbran en el horizonte. El primero: un nuevo fraude que está montando el CNE con repertorios variopintos de mil trácalas para birlar votos y voltear resultados; el segundo: una firme intención y definitivo propósito por parte del caudillo dueño de Venezuela de permanecer en Miraflores vitaliciamente, cueste lo que cueste y por encima de la Constitución nacional; tercero: la ingente cantidad de petro-dólares que llueven sobre el país, los cuales están destinados para la compra de conciencia y la creación de una imagen publicitaria internacional y local de la "maravillosa" revolución chavista; cuarto: un TSJ, Asamblea Nacional y el llamado Poder Moral (?), sumisos a las botas del caudillo amo de ellos. Eso por un lado, y por el otro, muchas conciencias frágiles de gente carente de dignidad y dispuesta a venderse al mejor postor, sin importarles que Venezuela caiga definitivamente en manos del comunismo.
Este sentido de unidad significa que si llegare a ser necesario, los aspirantes que según las encuestas más serias tengan mayores posibilidades de triunfar, bien como alcaldes, gobernadores o concejales, deberán ser escogidos entre los demás como candidatos únicos, puesto que bien triste sería que por andar disputándose la oposición los cargos, se divida la gente y pierda fuerza, con lo cual les abriría a los candidatos del oficialismo, nuevamente y en forma mayoritaria, retomar el poder. ¡Eso es de idiotas!
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