Cuatro juicios, cuatro jueces amañados
Cuatro juicios desmedidos en los últimos años condenaron a la cárcel, algunos de por vida y otros a largas penas: Mahatma Gandhi, Nelson Mandela y Martin Luther King, ahora se suma nuestro compatriota Leopoldo López y es tema de estudio obligado del proceso penal por ignorancia jurídica condenados por esbirros judiciales del sistema al exigir libertad de sus pueblos, en ideales de libertad y justicia. Barreiro, al igual que el inquisidor nazi Roland Freisler y el ruso Vyschinsky une su nombre a la ignominia y aberración jurídica de magistrados al servicio del capataz.
“Cuando un pueblo desciende a esas infamias, está próximo a corromperse y aniquilarse“. Una vez que la justicia deja de ser ciega, no hay garantías para nadie... Zola.
Mandela en 1962 fue arrestado y acusado de conspiración para derrocar al gobierno, por lo que fue sentenciado a prisión de por vida con el proceso de Rivonia, juzgado por 221 actos de sabotajes dirigidos a derrocar el sistema vigente de disgregación racial conocido como apartheid. Martin Luther, recibió una condena a 99 años de prisión por luchar por derechos civiles de los negros, su derecho al voto y Guerra de Vietnam y Gandhi con su frase más famosa “áhimsa” que se traduce no violencia y un largo proceso de paciencia y sabiduría, quebró la férrea voluntad del opresor ingles en la búsqueda de la independencia.
López, asume el llamado de las masas, para buscar un camino distinto ante la implantación de un modelo económico, que lleva el país a la quiebra. Todos presentan similitudes, tanto Mandela como Gandhi, fueron presidentes exitosos y en el caso de Luther King, se sentaron las bases de lo que sería un presidente de color en la Casa Blanca. ¿Ocurrirá lo mismo con López?
Asimismo, encaminados por el sentido de la justicia social, demostraron que la verdad final triunfa sobre el autoritarismo e intolerancia. India, Estados Unidos, Sud África, fueron noticias internacionales en la lucha no violenta y para este momento Venezuela se incorpora usando el mecanismo de la Constitución, como lo es el derecho a la protesta.
Martin Luther y Mandela, fueron ganadores del premio Nobel de la paz, no así Gandhi, quien por razones políticas de la división entre India y Paquistán más su asesinato en el 48 truncó sus aspiraciones, postulado en 1937, 1938 y 1939 sin resultados.
Los verdugos del proceso jurídico recuerdan a Roland Freisler (Presidente del Tribunal Popular o Corte del Pueblo (Volksgerichtshof) de la Alemania Nazi; uno de los más temidos e implacables jueces del nazismo; escenificaba farsas judiciales con su manera grosera y humillante de dirigirse a los encausados y la prohibición de usar cinturones (a fin de que se le cayeran los pantalones ridiculizándolos delante de la audiencia) y aparece en la historia negra de las aberraciones judiciales al igual que el juez Wet en el caso de Mandela donde sentencio: “He decidido no imponer la pena suprema. La sentencia en el caso de todos los acusados será una de cadena perpetua”. Nuestra jueza, Barreiro, inscribió su nombre a esta larga cadena de ejemplos negativos que no pueden dedicarse al concepto de justicia objetiva con su sentencia.
Estos condenados por la injusticia, se ubicaron en las diferentes corrientes del pensamiento político, pero con ideales de libertad fueran centroderecha, centroizquierda o independiente y Leopoldo a quien lo identifican las fuerzas del autoritarismo en nuestro país, como ultraderecha. Mandela, fue el primer presidente negro de Suráfrica (1994-1999), elegido por sufragio universal directo preso por 27 años excarcelado en 1990 y sin rencor entró en un proceso de diálogo con Frederik de Klerk para abolir el apartheid y lograr un proceso general de elecciones en 1994 donde dos razas eliminaron barreras, para hacer hoy de ese país, el modelo de desarrollo del continente africano.
Luther King, luchador por los derechos civiles de los negros, pero sobre todo por el derecho al voto y abolir los vestigios de la esclavitud y complejos hacia los ciudadanos de color en Norteamérica por ello enclavado en a terminar con la segregación racial a través de medios no violentos, fue condecorado con el Premio Nobel de la Paz en 1964. “I have a dream” yo tuve un sueño, fue su consigna en un discurso que muchos atribuyen a Kennedy y alguno que otros populista presidentes del tercer mundo. Recibió una condena a 99 años de prisión. Su lucha comenzó por defender a una mujer negra fue arrestada por sentarse en la parte trasera de un autobús, de allí partió su lucha a exigir el derecho al voto y la igualdad racial mediante manifestaciones pacíficas que poco a poco fueron surtiendo efectos.
En 1965, se firmó La Ley de Derecho al Voto que prohibió las prácticas discriminatorias y permitió a los afroamericanos en Estados Unidos ir a las urnas sin que se les exigiera pruebas de alfabetización o el pago de algún impuesto. “Cada uno tiene su historia y su aplomo, tradiciones contadas en la lucha por la libertad, el caso de Leopoldo, es semejante y está acusado desde el 13 de febrero cuando se libró una orden de arresto por los hechos acontecidos un día antes.
Está acusado por la presunta comisión: Homicidio intencional calificado, ejecutado por motivos inútiles innobles, Homicidio intencional, calificado ejecutado por motivos inútiles innobles en grado de frustración, terrorismo, lesiones graves, Incendio de edificio público, daños a la propiedad pública, delitos de intimidación pública, Instigación a delinquir, delitos de asociación y de paso por supuesto inhabilitado políticamente.
Ninguno de estos delitos pudo comprobarse, sobre todo con los incendios, los cuales fueron realizados por encapuchados a favor del régimen para friccionar pruebas y recluir a la oposición al igual que en Cuba. Se le acusa instigar el asesinato de un jefe los colectivos en el 23 de Enero, cuando todos saben que el mismo fue planificado por los mismos esbirros rojos en desacuerdo interno con la posición de contradicciones políticas, que luego trajo como consciencia que sus compañeros en venganza por su muerte quemaran varias patrullas del CICPC todo debidamente comprobado y de paso anular un testigo ocular, el estudiante asesinado ese mismo día 12 cuando la juventud y miles de personas, principalmente estudiantes, se manifestaron en Caracas para pedir la liberación de compañeros detenidos en otras partes del país contra una realidad económica y tasas de inflación más altas del mundo y escasez de productos básicos, además de inseguridad que coloca a la capital venezolana como una de las más violentas de América Latina.
Estas notas tomadas de los archivos muestran la verdad.
MARTES 01 DE JULIO DE 2014 19:39 Diario La VerdaD…Con la misma frialdad con la que escoltó el ataúd de Juan Montoya durante su velorio, Hermes Barrera, quien sería el responsable de la muerte del coordinador Secretariado Revolucionario de Venezuela y de quien se nombró sucesor, se presentó en el Ministerio Público para entregarse a la justicia.
Sobre Barrera pesaba una orden de aprehensión por la muerte del popularmente conocido como “Juancho”, ocurrida el 12 de febrero, en el inicio de las revueltas en Venezuela. Él imputado culpó en primera instancia a funcionarios de seguridad por la muerte de Montoya y luego se autoproclamó jefe de los más de 100 colectivos que lideraba el fallecido.
“A Juan Montoya (Juancho) lo mataron con la misma arma con que asesinaron a Bassil Dacosta”. Por lo menos así lo aseguró el presidente Nicolás Maduro: “con sólo 15 minutos de diferencia”, precisó.
“Juancho” era el coordinador del Secretariado Revolucionario de Venezuela (que unifica colectivos populares en la Gran Caracas y Vargas) y dirigía 92 movimientos, cuenta Hender Barreras, testigo del crimen y ahora sustituto de Montoya.
“El cuerpo de Juancho cayó a mi lado”, dijo. “Lo mataron funcionarios”, agregó. Pero se apura a decir que pertenecían a cuerpos policiales de otros municipios. El hermano de la víctima, miembro de la Policía de Caracas Johnny Montoya, asegura que hubo fuego cruzado. “El disparo fue lineal, paralelo al suelo, calibre bajo”. “Juancho” fue miembro del grupo Carapaica y también policía del municipio Libertador, específicamente adscrito al Departamento de Inteligencia, según el hermano, quien exige “a la Fiscalía y al Ministerio de Interior y Justicia una investigación justa y sin política. La política empastela todo”, comentó a ÚN en el funeral.
“Juancho” era el coordinador del Secretariado Revolucionario de Venezuela (que unifica colectivos populares en la Gran Caracas y Vargas) y dirigía 92 movimientos, cuenta Hender Barreras, testigo del crimen y ahora sustituto de Montoya.
“El cuerpo de Juancho cayó a mi lado”, dijo. “Lo mataron funcionarios”, agregó. Pero se apura a decir que pertenecían a cuerpos policiales de otros municipios. El hermano de la víctima, miembro de la Policía de Caracas Johnny Montoya, asegura que hubo fuego cruzado. “El disparo fue lineal, paralelo al suelo, calibre bajo”. “Juancho” fue miembro del grupo Carapaica y también policía del municipio Libertador, específicamente adscrito al Departamento de Inteligencia, según el hermano, quien exige “a la Fiscalía y al Ministerio de Interior y Justicia una investigación justa y sin política. La política empastela todo”, comentó a ÚN en el funeral.
Con el estudiante asesinado el equipo de la unidad de investigación de Últimas Noticias UN realizó un completo estudio de las diferentes imágenes y videos captados el pasado 12 de febrero en las inmediaciones de la Candelaria en Caracas y en donde resultó asesinado Bassil Da Costa. En la recopilación periodística se observa a uniformados y civiles que llegan en vehículos oficiales y abren fuego contra el grupo de Da Costa, durante la manifestación convocada por los estudiantes el 12 de febrero de 2014, frente a la Fiscalía General de la República, en Caracas. Sin embargo, esto no se tomó en cuenta y acusan a López como causante de las mismas por su discurso además de provocar un incendio en la misma.
La juez a pesar de no tener pruebas se aprovechó y condeno a Leopoldo, en un juicio donde el debido proceso se echó a un lado y a pesar que la Opinión Pública, conoce toda esta realidad se le condena, por crímenes que no cometió.
Dicen que la “justicia es ciega” esa historia de infamias es larga. Ocurrieron en Roma, la aplicaron tiranos persas, fue práctica común en las dinastías faraónicas y sistemáticamente aplicadas por la Inquisición. En la tradición del comunismo encontramos a Stalin con Vyschinsky como el teórico del sistema judicial. Concluida la purga de Stalin contra los opositores, le llegó su turno a los antiguos compañeros como Zinoviev, Trotsky, Rýkov, Bujarin, Kamenev y 154 generales. El caso más representativo fue el de Yagoda, el más cruel de los perseguidores, quien llevado a juicio como sus víctimas, terminó siendo fusilado. Del millón y tantos colaboradores directos de la revolución de 1917, unos 400.000 fueron eliminados. El sistema judicial francés aún carga con la culpa del juicio a Alfredo Dreyfus militar acusado de traición y condenado a cadena perpetua en la isla del diablo, acusado de espía.
Por igual sin olvidar a Fidel, con sus juicios rápidos y fusilamientos ejecutados por el asesino de la cabaña y escuchen este relato… Pero entre todos los fusilamientos de la Sierra, tal vez, el más emblemático de un estado de excepción fue el de un campesino apodado “el maestro”, referido en un testimonio de Castro que recoge Franqui en Diario de la revolución cubana (1976). A este guajiro lo fusilan por aparentar haber sido asaltante del Moncada y tripulante del Granma y hacerse pasar por el Che en la zona rebelde, con el fin de seducir muchachas: “¿Quieren cosa más grande? –dice Fidel–. Fue directo, no se le hizo juicio. Lo fusilamos” ¿Nos llevaran al paredón a todos los venezolanos con juicios amañados en pleno siglo XXI por pensar diferente ahora que hay un Estado de Excepción?
Aristóteles Soto|@dedoenlallaga1
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