POR SOBRE TODO, BENDITA VENEZUELA (Ramón Alberto Escalante)


Cada vez más muertes horripilantes y nadie se atreve a tocar los nichos sagrados de la impunidad, que es el problema de fondo derivado del actual Código Penal, de los beneficios y de la naturaleza presuntiva del COPP. Esos temas son impopulares. Más aún, hemos asumido que el nuevo proceso penal es de avanzada y por eso, intocable. Claro que es una maravilla, quizás para Noruega o Francia, no para Venezuela.El dueño de cuatro vans las vende todas para irse de Venezuela. Lo comprendo porque este baño de sangre cada vez es más intenso. A mi primo Gustavo lo masacraron en Navidad. Ni siquiera pudieron enterrarlo en el cementerio de su pueblo porque los victimarios-delincuentes, tienen amenazada a toda su familia.
No se avizora cambio de gobierno, tampoco de oposición. Siguen fosilizados en sus posiciones irreductibles, en cierta forma, caminan simbióticamente, se complementan entre sí. Mucho más remoto parece un cambio de mentalidad, porque con dólar a seis o sesenta, los adolescentes siguen muriendo y matando por un iphone, un zapato o un pase de coca.
En esa perspectiva parece que aquel tiene razón, que valdría la pena huir, pegarle un candado al país, disolver el condominio y salir al primer mundo. ¡Ah la Europa de mis sueños, Estados Unidos de todas mis pascuas¡ La nieve, los abrigos, los semáforos que hablan, las town-houses iguales… pero todo mentira, eso es para ellos, no para nosotros. La ciudadanía, sólo a un costo insoportable, hasta el matrimonio con algún puertorriqueño. La estabilidad económica sólo al cabo de treinta años, mientras tanto, sólo deudas, taxes (impuestos) y la obligatoria dinámica de comprar para que no te critiquen.
El único remedio-destino y camino sigue siendo este pobre-país mártir, al cual se vino mi madre huyendo de la miseria y la guerrilla. La política lo ha estrujado pero sigue siendo inmenso. Mónica Spear, la actriz-heroína, no podía vivir sin Venezuela. Así muchos otros que tienen todo para huir, pero se quedan porque están casados con esta tierra.
Si sólo lográsemos arreglar la política… Estadistas con visión de grandeza devaluarían linealmente, nos arruinaríamos unos meses pero volveríamos a ser ricos. Estadistas y no simples políticos saldrían a decirle la verdad a la gente, que no se les puede seguir regalando, que el festín terminará y que todos tendremos que salir a trabajar de nuevo.
El dueño de las vans compró cada una en 135 mil, hoy las vende individualmente a un millón doscientos, le sobrará dinero para comprar la residencia doquiera. Pero jamás logrará hacer un negocio tan lucrativo en tan poco tiempo. Es la paradoja del país petrolero que reparte, enriquece, pero también empobrece y mata…
De la política deriva la ley penal, la policía, las cárceles, la inflación, el cadivismo, los raspacupos, el bachaqueo… La política que es la más delicada de todas las actividades, pero aquí se ha circunscrito al solo populismo y clientelismo, a la diatriba gobierno y oposición, olvidando cuán grande, principista, heterogénea e idealista puede ser.
Yo también he sentido la tentación de irme, pero se que por allá pronto moriría de depresión, de puro fastidio, de remordimiento. La única opción es seguir apostando que las cosas cambien, que Venezuela mejore. Dejo las noticias y leo los libros de historia y renace la esperanza. Los ciclos históricos son impredecibles, sobrevenidos. Algún día tendrán que renunciar a la mentalidad que también a ellos carcome.
Pase lo que pase, por sobre todo: bendita seas, única e irrenunciable Venezuela.
(*) Abogado y Politólogo raescalante@hotmail.com

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