Mentiras nazis
La noche del 27 de febrero de 1933, la sede del parlamento alemán, Reichstag, fue destruida pasto de las llamas provocadas por miembros de la Sturmabteilung, una milicia de asalto adscrita al partido Nazi conocida como SA. La deflagración fue planeada y ordenada por Hitler, Göering y Goebbels para endilgársela a los comunistas. Los nazis obtuvieron el mayor provecho del siniestro, pues a partir de ese momento la represión y persecución de la oposición encontró fundamento “legal” en el llamado decreto para la protección del pueblo y del Estado que suspendía los derechos de reunión, la libertad de expresión y de prensa, la inviolabilidad de la correspondencia y otras garantías constitucionales. El aparato propagandístico bolivariano, manejado por los cubanos e inspirado en las prácticas nacionalsocialistas que aconsejaba Goebbels (un perverso que comparó a Hitler con Cristo y lo llamó redentor) no cesa de adulterar los hechos para endosar a la oposición los actos