Walid
Quise escribir sobre el nuevo aniversario del asesinato de Danilo Ánderson y la impunidad que ha rodeado ese crimen, pero me acordé que justo en esta fecha siempre escribo sobre el asunto, así que me dio vergüenza escribir por sexta vez sobre lo mismo con los mismos resultados.
Además tenía que referirme a Isaías Rodríguez y eso me desvelaría, pues ese es un hombre peligroso y medio jodido de la cabeza, pues, quién, si no se atreve a escribir un poemita como aquel que dice: De tan gorda que es/ que se le partió la columna/ y le pusieron un aparato ortopédico/ que parece un florero. No, al carajo, ese es un personaje realmente peligroso.
Así que decidí escribir sobre un clásico de la V República, de Walid Makled, quien llegó de Siria muy pequeño, o tal vez nació aquí. ¿Quién sabe?, alguna vez, Walid, fue un hombre con recursos modestos. Pero muy pronto entendió lo sabroso que es vincularse al poder y sentirse apoyao por una que otra charretera.
Pero a pesar de las riquezas acumuladas durante estos años de revolución, a Walid, últimamente no le ha ido bien. Los negocios empezaron a caerse cuando a su hermano se le ocurrió la infeliz idea de que los negocios irían mejor si se dedicaba directamente a la política y allí mismo devino la desgracia. Así, que, ahora se ha dedicado a construir grandes frases como: "Nosotros éramos afectos al gobierno del presidente Chávez", "yo era muy amigo del general Acosta Carles", "apoyé al presidente Chávez para el referendo con dos millones de dólares", "...De ministros para bajo recibieron dólares, allí también había generales, vicealmirantes, almirantes, hermanos de ministros", "el Gobierno me dio la concesión del puerto más importante del país" y se ha convertido en un zapato apretado para sus antiguos aliados.
Pobre Walid, ahora nadie lo conoce. Un ministro, el hermano de uno que le quitó cien mil dólares, según dice Walid a un noticiero colombiano, lo tildó de embustero, asesino, lo llamó el Presidente de la República aludiendo a los crímenes de un veterinario y un periodista, crímenes cuya investigación se esfumó, de bandido lo calificó Gabriela Ramírez, la defensora del pueblo.
Nadie lo conoce, ni de vista y trato, y es que este Gobierno nunca parece quebrar un plato, no se equivoca nunca, todos son ángeles celestiales y gusta de jodernos todos los días hablando gratis.
Énder Arenas Barrios /Sociólogo/enderarenas@hotmail.com
Además tenía que referirme a Isaías Rodríguez y eso me desvelaría, pues ese es un hombre peligroso y medio jodido de la cabeza, pues, quién, si no se atreve a escribir un poemita como aquel que dice: De tan gorda que es/ que se le partió la columna/ y le pusieron un aparato ortopédico/ que parece un florero. No, al carajo, ese es un personaje realmente peligroso.
Así que decidí escribir sobre un clásico de la V República, de Walid Makled, quien llegó de Siria muy pequeño, o tal vez nació aquí. ¿Quién sabe?, alguna vez, Walid, fue un hombre con recursos modestos. Pero muy pronto entendió lo sabroso que es vincularse al poder y sentirse apoyao por una que otra charretera.
Pero a pesar de las riquezas acumuladas durante estos años de revolución, a Walid, últimamente no le ha ido bien. Los negocios empezaron a caerse cuando a su hermano se le ocurrió la infeliz idea de que los negocios irían mejor si se dedicaba directamente a la política y allí mismo devino la desgracia. Así, que, ahora se ha dedicado a construir grandes frases como: "Nosotros éramos afectos al gobierno del presidente Chávez", "yo era muy amigo del general Acosta Carles", "apoyé al presidente Chávez para el referendo con dos millones de dólares", "...De ministros para bajo recibieron dólares, allí también había generales, vicealmirantes, almirantes, hermanos de ministros", "el Gobierno me dio la concesión del puerto más importante del país" y se ha convertido en un zapato apretado para sus antiguos aliados.
Pobre Walid, ahora nadie lo conoce. Un ministro, el hermano de uno que le quitó cien mil dólares, según dice Walid a un noticiero colombiano, lo tildó de embustero, asesino, lo llamó el Presidente de la República aludiendo a los crímenes de un veterinario y un periodista, crímenes cuya investigación se esfumó, de bandido lo calificó Gabriela Ramírez, la defensora del pueblo.
Nadie lo conoce, ni de vista y trato, y es que este Gobierno nunca parece quebrar un plato, no se equivoca nunca, todos son ángeles celestiales y gusta de jodernos todos los días hablando gratis.
Énder Arenas Barrios /Sociólogo/enderarenas@hotmail.com
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