¡Dios mío, en manos de quién estamos!

¡Dios mío, en manos de quién estamos!

Marlon S. Jiménez García /Profesor universitario /marjimgar@cantv.net

Es preocupante ver lo que está ocurriendo en mi país en el ámbito jurídico, no hay un Poder Judicial confiable, el que existe está supeditado al Poder Ejecutivo y lo más grave es el grado de irracionalidad de quienes lo integran.

Estoy abismado de ver cómo personas que fueron mis profesores y a quienes de alguna manera les guardaba respeto y consideración, por su profesionalidad, hoy están al servicio del régimen que desgraciadamente conduce nuestro país. El Poder Judicial venezolano es una deshonra, es un oprobio, que merece el mayor rechazo de la sociedad en general, porque todas sus decisiones favorecen a una parcialidad política y no están acordes con la filosofía de acción de un magistrado que tiene la responsabilidad de ser ecuánime a la hora de sentenciar.

La reforma propuesta por el dueño absoluto de los poderes públicos, es a todas luces inconstitucional, eso lo sabe hasta el más humilde de los venezolanos, sin embargo, en el TSJ no hay coraje para enfrentar decisiones que sean contrarias al Poder Ejecutivo, por el temor reinante de perder cuotas de poder. Nunca habíamos tenido un Poder Judicial tan envilecido.

Todas las decisiones del TSJ que involucren al Poder Ejecutivo siempre reciben el beneplácito, mientras que los venezolanos que tengamos una visión distinta, así tengamos razón de hecho y de derecho, recibimos el más contundente rechazo en cualquier intento de algún recurso que en esa instancia procuremos. Así se han rechazado decenas de recursos intentados para detener la inconstitucionalidad de la reforma.

Menos mal que en el escenario democrático que muy pronto vamos a rescatar, se revisarán todas las decisiones del TSJ por parte de personas competentes e imparciales y aquellas que sean alejadas, por su irracionalidad, del contexto constitucional, tendrán carácter vinculante con el delito ejecutado y es obvio que sus actores tendrán que responder de la misma forma ante las instancias jurisdiccionales en el ámbito penal.

No podemos permitir la existencia de delitos sin delincuentes. Todos los sondeos de opinión manifiestan el rechazo al régimen. Es decir, que a Chávez le queda poco tiempo en el gobierno, y el repudio crece también a quienes detentan el poder con abuso, con exceso de autoridad y por quienes creen que van a estar en esos cargos por siempre. Cuando intenten rectificar va a ser demasiado tarde y el pueblo no se los va a perdonar.

Tomado del Diario La Verdad
http://www.laverdad.com/detallenew.asp?idcat=2&idnot=64986

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